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Aporte de la Economía Popular a los Comités Barriales de Emergencia


Desde principios de la pandemia por Covid-19, la comunidad marplatense se dio una novedosa y efectiva forma de organización: los Comités Barriales de Emergencia.


Los 33 comités, con presencia en más de 80 barrios, cerca de 400 comedores y merenderos y 5 mesas temáticas en funcionamiento, muestran la capacidad organizativa de las y los vecinos de Mar del Plata y Batán, y son la principal herramienta de asistencia ante la crisis socio-sanitaria que golpea con fuerza a la ciudad.



Desde esta red, según el último relevamiento publicado por la coordinación, se entregan un total de 41.285 viandas semanales que son producidas en las cocinas y merenderos populares con los alimentos aportados por las propias organizaciones, los ministerios de Desarrollo Social de Nación, Desarrollo de la Comunidad de la provincia de Buenos Aires, donaciones que articula el municipio, las que realiza la Fundación de la UNMdP, más los 800 litros semanales de leche líquida de la Cooperativa Nuevo Amanecer, entre otros.

Así mismo, se realizaron capacitaciones para más de 700 promotoras y promotores de salud, poniéndose en marcha la principal política promo-preventiva del distrito: el Plan CuiDARnos.

Sobre la enorme tarea que desarrollan los CBE, en el marco de la pandemia y sus consecuencias socio-sanitarias, mucho se ha escrito y sistematizado, fundamentalmente gracias a la articulación estratégica trazada con la Universidad Nacional de Mar del Plata y otras casas de altos estudios de la ciudad.

En este marco, el presente trabajo tiene por objeto realizar una aproximación al aporte económico realizado por las y los trabajadores de la llamada “economía popular” al sostenimiento de esta red comunitaria.

Para lograr tal objetivo, describiremos algunas de las tareas desarrolladas en los CBE por nuestros compañeros y compañeras y las compararemos con el “valor de mercado” pagado a trabajadoras y trabajadores que realizan tareas similares en el marco de la “economía formal”.


A los fines de este análisis tomaremos cuatro actividades laborales receptadas por el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (ReNaTEP) y que habitualmente se desarrollan en los CBE:


  • Carga de Mercadería.

  • Flete.

  • Promotor/a de Salud.

  • Trabajador/a de comedores y merenderos comunitarios.


¿Qué es la “Economía Popular? Para empezar con nuestra tarea, es necesario aproximarnos a una definición de Economía Popular.


Para hacerlo partiremos de la opinión de Juan Grabois y Emilio Pérsico -quienes han acuñado y popularizado el término- refiriéndose a la misma como “la economía de los excluidos, pues está conformada por todas las actividades que surgieron como consecuencia de la incapacidad del mercado para ofrecernos a todos un trabajo digno y bien remunerado como obreros en una fábrica o empresa. Definimos a la economía popular como los procesos económicos inmersos en la cultura popular, basados en medios de trabajo accesibles y al trabajo desprotegido”.


Estos autores y protagonistas del proceso de organización y empoderamiento del sector nos proponen una serie de características distintivas de la economía popular: • Muy poco capital constante (maquinaria)

• Poca tecnología

• Baja productividad (en términos capitalistas)

• Informalidad en el intercambio

• Condiciones precarias de trabajo Otras características del sector que podemos mencionar son la inexistencia de un patrón y salario fijo; unidades económicas generalmente pequeñas y trabajadores y trabajadoras por cuenta propia dispersos.


Desde el Gobierno Nacional, encabezado por Alberto Fernandez, y gracias al impulso de las organizaciones del sector, se considera que “los trabajadores y trabajadoras de la economía popular son protagonistas del desarrollo de nuestro país. Crean su propio trabajo a partir de sus saberes y oficios, en unidades productivas individuales o colectivas que están inscriptas en relaciones asimétricas en el ámbito financiero, comercial o fiscal”.


En cuanto a las ramas o actividades que desarrollan las y los trabajadores de la economía popular el ReNaTEP menciona, en su página web “vendedores ambulantes, feriantes o artesanas; cartoneras y recicladores; pequeñas agricultoras y agricultores; trabajadoras socio-comunitarias y de la construcción; quienes trabajen en infraestructura social y mejoramiento ambiental y pequeños productores y productoras manufactureras, entre otros rubros”.

La llegada de los alimentos a cada CBE


Cada viernes los Comités Barriales de Emergencia ponen en marcha un importante operativo logístico que permite la llegada de alimentos y otros insumos a los comedores y merenderos.


Según los registros de la propia coordinación de los Comités, a lo largo de estos meses cada semana se han recibido en promedio unas 10 toneladas de alimentos frescos provenientes de las donaciones articuladas por el Municipio de General Pueyrredón, más los aportes de los gobiernos de la Nación, la provincia de Buenos Aires y las donaciones que realiza la Fundación de la UNMdP y la Cooperativa Nuevo Amanecer, entre otros.

Carga y Descarga


Desde primeras horas de la mañana camiones del municipio llegan a los 4 Centros de Distribución, desde donde luego la mercadería se dirige a cada uno de los 33 CBE. Para poder desarrollar esta tarea, en cada uno de los Centros de Distribución, un promedio de 10 trabajadores y trabajadoras se encargan de la descarga de la mercadería, su acopio y posterior carga para ser llevados a los CBE. Según el acuerdo paritario de febrero de 2020, las y los trabajadores Operarios de Carga y descarga enrolados en el Convenio Colectivo de Trabajo 508/07, cobran por jornada laboral $1342 (Operario Categoría 4). Tomando esa referencia podemos afirmar que en ese concepto las y los trabajadores de la economía popular aportan, en concepto de carga y descarga, trabajo no remunerado por una suma de 53.680 pesos en cada jornada de distribución.

Desde estos 4 centros de distribución la mercadería es trasladada a los distintos CBE en camionetas que realizan un mínimo de 30 fletes.

A precio de mercado cada uno de estos traslados está valuado en unos 1.600 pesos, lo que nos lleva a concluir que en este concepto el aporte asciende a la suma de 48.000 pesos por jornada. Asimismo, y a los fines de garantizar la aplicación de protocolos sanitarios, en los centros de distribución y en cada CBE desarrollan sus tareas un promedio de 3 promotoras de salud del plan CuiDARnos, por cada centro a lo largo de unas 6 horas por jornada, a las cuales deben sumarse otras 2 por CBE que desarrollan las tareas por unas 2 horas.



En promedio, entonces, cada jornada de distribución implica unas 190 horas de trabajo de promoción de la salud.


Aquí nos encontramos ante la dificultad de no contar con un convenio colectivo y una escala salarial específica del sector, por lo cual tomaremos como referencia el valor de la hora de trabajo para Asistencia y cuidado no terapéutico de personas, que desde Mayo de 2020 está establecido en $ 155,50.

Aclaración mediante, podemos establecer que en concepto de tareas de promoción de la salud por cada jornada de distribución, el sector de la economía popular aporta, en horas laborables, unos 29,545 pesos.


En resumen, podemos afirmar que para cada jornada de distribución de mercadería, tomando los ítems: Flete, Carga y Descarga y Promoción de la Salud el sector de la economía popular aporta horas de trabajo por un valor aproximado 131.225 pesos por jornada.


Sin embargo, esta es sólo una aproximación al aporte total que las y los trabajadores de la economía popular realizan para esta tarea solidaria y de cuidado, ya que si tenemos en cuenta que la totalidad de los puntos de distribución se ubican en los espacios comunitarios debemos considerar también los gastos vinculados al sostenimiento de los mismos.


Las Cocinas y Merenderos Populares


Las cocinas y merenderos populares o comunitarios son el corazón de los Comités Barriales de Emergencia. A ellos acuden miles de vecinos y vecinas en busca de un plato de comida. El desarrollo de la pandemia y el agravamiento de la crisis socio-sanitaria modificó la tarea habitual de estos espacios, que debieron transformar sus prácticas a fin de poder implementar protocolos de cuidados comunitarios y de afrontar la creciente demanda de las y los vecinos que diariamente concurren a ellos en búsqueda de viandas.



“El último relevamiento de comedores y merenderos dio el resultado de 369 centros comunitarios activos”, donde se producen y entregan un total de 41 285 viandas semanales gracias al trabajo de “2 912 voluntarias y voluntarios, de los cuales en su 70% son mujeres”


Del testimonio de las referentas comunitarias surge que en las cocinas y merenderos populares, trabajan en promedio 5 compañeras por cada turno, quienes desarrollan su tarea durante aproximadamente 4 horas, durante las cuales se encargan de preparar la comida, higienizar y desinfectar el espacio de trabajo.


A los efectos de poder calcular el aporte económico que realizan a la comunidad estas trabajadoras, tomaremos como referencia el valor de la hora del Personal para Tareas Específicas, del régimen del Personal de Casas Particulares, que desde Mayo de 2020 se encuentra ubicado en los $165.

Con estos datos podemos deducir que por cada turno de trabajo en una Cocina Popular, las trabajadoras y trabajadores de la economía popular aportan un piso 3300 pesos solamente teniendo en cuenta las horas de trabajo. Esta breve aproximación nos permite visualizar la importancia del sector de la Economía Popular en la construcción de esta gran red comunitaria marplatense. Un aporte que debe medirse en términos de compromiso, solidaridad y amor, pero también económico.





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